Lali:
Cuando llegue a la sala de mi casa no habia nadie y no se
porque pero me sentí decepcionada.
Pero termine en el sofá marcándole a Cande, ella respondio
al tercer timbrazo.
Conversacion telefónica.
Cande: ella nunca te va a dar bola. Supéralo. –no creo que
eso vaya dirigido a mi.
Lali: ¿Eh? –Cande rie.
Cande: oh, hola Marianita –su voz cantarna me hace sonreir.
Lali: hola fideo.
Cande: creo que he engordado mucho estos últimos años,
cortala con el nombrecito.
Lali: deja de llamarme Marianita y dejare de decirte fideo.
Cande: Marianita es un nombre bonito no entiendo porque solo
Gaston puede decirte asi.
Lali: porque cuando el lo dice suena lindo, pero cuando tu
lo dices… Me haces recordar a alguien.
Cande: ohu. Lo siento, Mar. ¿Te gusta asi? –sonrio, ella mas
que nadie sabe que mi mama fue una persona muy importante para mi.
Lali: cambiemos de tema.
Cande: Claro. ¿Para que llamas?
Lali: Bueno, hoy cuando me desperté, obviamente por los griteríos
de Eugenia y papa, baje a la cocina y no habia nadie, absolutamente nadie en la
casa. ¿Sabias que la perra de Euge me quito mis adifonos y los dejo en la
esquina de su habitación?
Cande: si, si, si, ¿Qué mas?
Lali: ah, si, bueno, voy a agarrar uno de los yogurts que
deja Luz cada vez que viene y Gaston se los habia comido todos y se me sale una
palabrota y entonces oigo la voz de un pibe y…
Cande: ¡Jodeme que ya no sos Virgen!
Lali: ¿AH? ¿Eh? ¡No! ¿Qué decis? –tartamudee.
Cande: ah. Ok.
Lali: un momento ¿Por qué piensas que soy toda sanita?
Cande: pues siempre estas encerrada y pegada a la
computadora leyendo y el único novio tuyo que he conocido era aun peor que vos.
Frunzo el ceño ¿Soy muy obvia?
Lali: Pues te equivocas, yo no soy virgen.
Claro. Hasta me ruborice al decirlo.
Cande: aja.
LAli: cerra tu estúpido pico, Candela.
Cande: y tu deja de mentirle a tu mejor amiga.
Lali: no te miento –ella calla y se que esta arqueando las
cejas-, bueno, ta bien, si, todavía nadie me ha invadido pero no entiendo cual
es el problema, estoy esperando al indicado.
Cande: temo que llegues a
los huesos esperando al indicado, La.
Lali: y yo temo por el mundo y por los idiotas que viven en
el. Mi preocupación es mucho mas importante que la tuya pero tiene algo que ver
ya que uno d…
Cande: ¡Termina de contar lo que contabas hace un momento!
Lali: ah, si, sabes que me cuelgo muy rápido. Aja, ¿pordonde
iba?
Cande: que oyes la voz de un pibe… -dice ella claramente ya irritada.
Lali: ajam –rio-, bueno, entonces me volteo y me encuentro
con un ardiente morocho que me esta buscando y…
Cande: wo, wo, wo,
¿Ardiente dijiste? ¿Esta ahí todavía?
Lali: No te estuviera diciendo que es un ardiente morocho si
estuviera aquí, tonta, tarada hueca.
Cande: ¿y que pasa si el te escucha?
Lali: ¡Te digo que no esta aquí!
Cande: ¿Cómo puedes estar tan segura?
Lali: porque cuando baje de bañarme el no estaba donde lo
deje.
Cande: ¿Eso es decepcion lo que oigo en tu voz, Mar?
Lali: ¡Que no me llames Mar!
Cande: ¿y como queres que te llame entonces?
Lali: no se, quizás podiras decirme Lali ¿no?
Cande: todos te dicen “Lali” no entiendo porque yo, que soy
una persona especial, no te puedo llamarte por un nombre bonito diferente a
Lali.
Lali: solo decime Lali, Can, sabes que me molesta que me llamen diferente.
Cande: -ella suelta un suspiro-, bueno, te dejo, Lali –rodo los
ojos-, que disfrutes de tu morocho.
Lali: ¡No es mi morocho! –pero cuando se lo dije ya no habia
nadie a quien le estuviera hablando.
Fin de la conversación
telefónica.
-Con que un ardiente morocho eh.
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